Hoy en día ya sabemos cómo funciona el mundo de la música, en realidad casi todo el planeta funciona de la misma manera, por tal de ganar una gran suma de dinero. Lo que no sabemos cómo y cuándo nos manipulan, ni que hay detrás de las diferentes discográficas a la hora de sumar números.
Cuando una discográfica saca una canción en tal fecha, la misma ya echo sus numeritos en tal de saber cuánta gente lo va a escuchar, si lo va a petar en redes sociales, si va a haber mucha repercusión social, que viene a ser lo mismo y a qué tipo de gente va dirigido.
En definitiva, las discográficas tienen sus listas de éxitos preparadas, antes de publicar el trabajo, es decir ya tienen los deberes hechos en la promoción de cualquier sencillo o álbum de cada artista, así, en el mismo día de publicación cualquier tema de un artista ya puede estar en lo más alto de las listas de éxitos, de cada una de las diferentes plataformas de Streaming de música más populares como Spotify, YouTube, Dreezer etc.
Ojo al dato esto va en función de las discográficas de mucho nivel, con mucho poder adquisitivo, para que uno lo entienda mejor, mucho money money.
La pena de todo esto es que muchos artistas que acaban de empezar no tienen un estilo musical propio definido, su corta edad y experiencia les juega una mala pasada en el gran mundo de la mafia musical discográfica. Les dicen que lo van a petar, que esto es lo más, que es lo que se lleva ahora (y no es el tractor amarillo) en las mejores terrazas del país, podríamos seguir diciendo más idioteces con una infinidad de frases y no llegaríamos a ningún lugar.
La pura verdad, es que la gente que trabaja en las discográficas tiene los grandes conocimientos de marketing, tanto digital como social y su desarrollo, para crear su gran herramienta de manipulación en la sociedad del siglo XXI que vivimos.
No creo que muchos artistas solo quieran ser un producto más de la sociedad, donde pasen las semanas y sean olvidados. Ellos quieren hacer un producto de calidad, con sentido y sentimiento propio, para poder transmitir a todo el mundo, como son ellos, su transparencia y humildad, donde la gente los recuerde por los siglos de los siglos.
No tienen ninguna consideración a la hora de tratar a un nuevo artista, los números los superan.